Estado sí. violencia, no.
Imposible no conmoverse. Imposible no cuestionarse ¿hasta
cuándo? ¿hasta dónde? La situación es
inaceptable. ¡Estamos hablando de muerte! ¡Estamos hablando de torturas! a
docentes e integrantes de la comunidad educativa de Moreno. Sandra, Rubén,
Corina, las familias de cada uno, las y los estudiantes de cada escuela son las
caras de tanto dolor, de tanta tristeza, de tanta impotencia.
Así como expresamos nuestro acompañamiento y solidaridad
para con la comunidad de la Escuela 49 de Moreno, hoy expresamos nuestro más
firme repudio a las amenazas y al secuestro que se han ejercido sobre el equipo
del CEC 801.
Vivimos inmersas-os en el sistema capitalista y
patriarcal. Resistimos, luchamos, visibilizamos, nos organizamos. Pero el
sistema contraataca con mucha violencia. Y esa violencia recae siempre sobre
las y los más pobres y sobre las mujeres.
Lo que sucede no pasa porque sí. Tiene causas y
responsables. Corina y sus compañeras ponen el cuerpo -se exponen- y organizan
una olla popular porque las escuelas están cerradas y no hay comedor escolar.
Las escuelas están cerradas porque el Estado provincial no las arregla. La olla
popular es necesaria porque las y los pibes tienen derecho a una comida
caliente con la que no cuentan en su casa. Y esto pasa porque el Estado
nacional encara políticas económicas que dejan sin trabajo a las familias.
Las ollas molestan porque son el pueblo organizado. Las
ollas molestan porque muestran con crudeza la ausencia del Estado.
Si no queremos más ollas y no queremos más violencia,
tiene que haber más Estado de políticas sociales igualadoras, de políticas
económicas distributivas. Necesitamos un Estado que garantice alegría,
tranquilidad, igualdad, derechos.
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